lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Que tal vas de "sentido del humor"?Yo mejorando, gracias!.

Hoy quería plantarle cara a una reflexión….y con el permiso que me doy habitualmente, la hago extensible a quienes deseen compartirla.

La primera cuestión nos llevaría a definir que entendemos por “sentido del humor”.

Entiendo que es una actitud, un posicionamiento y un talante ante las situaciones que nos toca vivir.Entiendo que es algo más que una sonrisa o una risa, aunque quizás estos sean los inicios. Utilizar la sátira o mostrarse “jocoso” tampoco haría referencia a esta cualidad.

Quizás debiéramos relacionarlo con rasgos como alegría, serenidad, oportunidad, agilidad mental, etc.….y es en estas palabras donde descubro que me hace sentir más cómoda la definición de sentido del humor.

Muchas cualidades y habilidades al servicio de un breve pensamiento y un momento.

Y lo más importante….una cualidad que podemos aprender y que entiendo debiéramos “vivenciar” más a menudo. Todos somos inteligencia y ahora se trata también de aprender a desarrollar el sentido del humor, por el valor que tiene y genera, a pesar de que cada uno tengamos una historia.


En mi experiencia personal y desde bien “txiki”, recuerdo que uno de los mensajes que más resonaba en mis oídos y que seguro algunos compartís, es ese de “la seriedad”.

Cada vez que oía las frases…”es una persona muy seria...”,” confió en él porque es muy serio”, entendía que hacía referencia a valores, principios y fundamentos, que como persona poseía e indudablemente, en mi afán de “copia y pega” de aquella etapa de niñez y pre adolescencia, si uno de los calificativos que automáticamente utilizaban al referirse a ti, era el de la seriedad (...”es una niña muy seria..”) aquello apuntaba maneras.

Aquello era garantía de éxito y por supuesto de valor.

Y así fui por la vida….., justificando incluso algunos comportamientos, tiñéndolos de absoluta seriedad y haciendo de la seriedad mi habito en los diferentes ámbitos de vida (que está bien ser seria en el trabajo, digo yo, pero no necesariamente en tu vida personal!!!)

En mi afán de ser “la mejor”, en casi todo... (característica que busco mantener bien doblegada porque afecta directamente a mi “ego”), me vivo ahora y entiendo que me vivía…de una manera muy seria.

Aquel principio grabado en mi subconsciente y muy conscientemente llevado a la práctica, ha dirigido una gran parte de mis experiencias y si alguna vez me cuestionaba el tema, yo misma reforzaba el mismo con lecturas un tanto inquisitivas con mensajes traspuestos, en los que si además eras mujer, la seriedad tenía que formar parte clave de tu forma de proceder, no vaya a ser que confundieran tu papel e intenciones (esto último muy importante).


Es mas tarde, cuando empiezo a detectar ciertas incongruencias y empiezo a permitirme escuchar otro tipo de mensajes… (“No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa." Alejandro Casona; "Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa." Gabriel García Márquez) y siendo yo tan inteligente o creyéndome tan lista, empiezo a descubrir el valor de la sonrisa, como preámbulo del sentido del humor.

Y practico todas…. ( las sonrisas, se entiende), la amable, la seductora, la dulce, la de compromiso, la sustitutiva de un saludo, la de “recepción”…e incluso aquella que facilita situaciones cuando la tensión puede con las circunstancias.

Y de tanto practicar voy descubriéndome a mi misma en otra faceta que me gusta.
El disfrute y el valor de ese gesto como clave relacional y como anclaje personal, pudiendo decir que actualmente forma parte de mi vida como el dormir o el comer.

Y a consecuencia de esto, sigo con mis descubrimientos…,el sentido del humor.

Lo de la sonrisa, me parecía fácil…..en relación con la “seriedad” a la que hacía alusión al principio de mi reflexión, sin embargo el sentido del humor, eso entendía que eran para mi “palabras mayores”

Aquí además del gesto, empiezo a descubrir como unos finos hilos tienen que ser capaces de tejer otro patrón de respuesta a nivel de comportamiento, ante diferentes situaciones.
Y esto no me parece tan fácil.


He de reconocer que admiro a las personas que poseen y fluyen en esa cualidad.
El poder que tiene el sentido del humor es increíble, mucho mas allá de lo que yo misma imaginaba.

Y empiezo a practicar torpemente en mis círculos más próximos, incluyéndolo en el aula (desde aquí mis disculpas por algunos chistes o “salidas” no entendidas).

Y es que como todo, descubro que se trata de incorporar hábitos y de favorecer la repetición.

Ahora que soy consciente de lo que quiero incorporar, encuentro que me faltan herramientas y formas de hacer.

Me sorprendo a mi misma en esta etapa, observando muy sigilosamente a las personas con quienes habitualmente trato y absorbiendo información cuando deduzco que sacan a pasear esta tan preciada cualidad para mí.

Con cierta torpeza, pero con la pasión que me caracteriza, voy incorporando algunos hábitos a mi repertorio comunicativo.

Y descubro el valor que tiene y sus efectos positivos, a pesar de que en más de una ocasión me sorprendo a mi misma haciendo algo que detesto: y es el de justificar con palabras que lo que acabo de decir o hacer era una broma.

Es en estos momentos en los que me anoto mentalmente como mejorar y compruebo que ya nos iría bien un poquito de sentido del humor, para limar asperezas en esta vida que vivimos.

Hoy leía un articulo interesantísimo en un blog de un colega, que aludía al valor del sentido del humor como recurso en el aula (y en la vida, añado yo).

Afirma que el sentido del humor, fomenta el aprendizaje, relaja y distiende situaciones, refuerza y consolida relaciones, potencia la imaginación, etc.….
He descubierto además a Jesús Damián Fernández con sus escritos de “pedagogía del humor” y a una serie de autores que trabajan en esta línea y que nos permiten enfoques distintos.

Os cito algunas de sus definiciones así como algunas de las conclusiones a las que han llegado, como aporte teórico en esta mi breve experiencia y reflexión.

Octavio Paz nos sugiere que es "Aprender a ser libres es aprender a sonreír". Se debe aprender a poner de relieve la importancia del sentido del humor en la vida cotidiana. Entendiendo por sentido del humor concretamente la capacidad de saber reírse de uno mismo, de no tomarnos demasiado en serio y, por lo tanto, la capacidad también de aumentar nuestra empatía hacia los demás.
El sentido del humor así entendido es una buena herramienta (no la única, pero sí muy útil) para conseguir nuestros propósitos: la construcción de un mundo más amable y más justo, en el que los derechos de todos sean más respetados.

Eduardo Galeano afirma que "El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed". Él piensa que sin sentido del humor, los derechos humanos quizás no se morirían de sed... pero sin duda la tristeza los acecharía y, a lo mejor, se morirían de melancolía.


Por último Germán Payo dice que es “el modo diferente de ver la realidad, que determina un modo de sentir y actuar, o como decía Mingote el humor es darse cuenta de que todo es relativo.

Y en ello estoy y estamos……más entrenamiento para mejorar nuestra calidad de vida.

¿Qué tal, “bien” o “mejor”?



miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Estás donde quieres y cómo quieres estar o ser? "Pilates para el cerebro"




Nuestro cerebro es un sistema de modelado perfecto y si no fuera así, no podríamos vivir.
Procesar continuamente información ante cualquier decisión nos llevaría días.

Tomamos las decisiones rápidamente y juzgamos porque nos basamos en nuestra experiencia anterior. Si nos decidimos enseguida por algo, es porque recabamos información de nuestras anteriores experiencias.

La mayor parte del tiempo nuestro cerebro no piensa.( desde el respeto, eh!!). No pensamos conscientemente, quiero decir. Lo que hacemos es almacenar y buscar pensamientos como patrones de experiencia.

Estos patrones piensan por nosotros. Actuamos desde la “competencia inconsciente”, con el “piloto automático”.
Cuando nuestro cerebro reconoce una parte de un patrón, pone en acción todo el patrón almacenado como modelo. Pone en funcionamiento las experiencias almacenadas anteriores que además han dejado una profunda huella en este tanto repetirse.

No es nada fácil escapar a este procedimiento de pensamiento.

Esto no implica que no lo hagamos de vez en cuando.

¿sabes cuando lo hacemos? cuando todos los patrones anteriores han fallado y nos ponemos a pensar, alejados de otros modelos y de experiencias anteriores. Es de esta forma que creamos nuevas ideas.
Pero para esto es imprescindible detenernos, pararnos. Parar el sistema automatico, pensar conscientemente y de verdad.Así funciona la creatividad y la innovación.


Sin embargo, buscar nuevas ideas no parece natural para las personas, dado que buscamos constantemente explicaciones dentro de nuestra propia experiencia.

Nos cuesta salir de la rutina. Nos cuesta salir de la “zona de confort”

Desafiamos a nuestra propia experiencia cuando no tenemos más remedio, cuando la situación es tan alarmante que debemos poner en marcha otros mecanismos.
Y todo ello con una gran lucha interior, con grandes dudas, con gran sufrimiento y con un gran desgaste psíquico.

El cambio no es fácil para nosotros. Ni gratuito.
¿Y cómo aprendemos a modelar patrones nuevos? Voy a hacer referencia a un gran estudioso del tema, Noam Chomsky, quien investigó una vez cómo hacían los bebés para aprender el lenguaje y descubrió que la única y efectiva herramienta que utilizaban era la repetición.

Aprendemos por repetición, por repetición, por repetición, por repetición .
El poder de la repetición es la vía más sólida para aprender nuevos patrones.
Si construimos modelos nuevos por repetición, es muy importante que entendamos que podemos cambiarlos también por repetición.

Si aceptamos que el aprendizaje natural es por repetición y que por repetición podemos cambiar nuestros modelos, también tendremos que aceptar que por repetición podemos modelar nuestro estilo de comunicación y nuestra personalidad.

Recordemos que estos patrones de comunicación o estilos de comportamiento repercuten en nuestras relaciones en los diferentes ámbitos de vida.

Si cualquiera de nosotros dice, “soy muy asustadizo”, en realidad lo que nos está diciendo es que ha establecido el miedo como un comportameinto repetitivo.

Para salir de ese comportamiento tendrá que repetir modelos diferentes (salir de la zona de confort). Elaborar y responder con conductas distintas, y repetirlas tantas veces que creen un nuevo modelo de conducta hasta que finalmente se borre el programa anterior y contemos con otra “forma de hacer”, una forma de hacer distinta que nos acerque a ese estado de recurso que hayamos denominado por ejemplo “ser una persona más valiente o segura”, etc.…


”Solo con la repetición instalaremos un nuevo “camino o surco cerebral” , una nueva autopista neuronal que nos permita crear diferentes comportamientos y pensamientos.Y aquí es donde os enmarco el cuento del perro perezoso, que inlui la pasada semana.

Ademas de esto, los neurocientíficos han comprobado que algunas de las dificultades mentales de nuestra mente vienen dadas, no por la muerte de las neuronas, sino por la reducción del número de conexiones entre sí (dendritas) lo que sucede por falta de uso.( Ojala hubiera sabido esto en la universidad, donde el catedrático de neurofisiología nos abogaba a una lenta y dulce muerte neuronal, a partir de los 25 años!!)

El ejercicio mental ayuda a “alertar” y “alimentar” la mente.
Nos mantiene activos en las relaciones con los demás.
Captamos mas información y apreciamos más y mejor las conductas ajenas en las otras personas.
Sus comportamientos, mas alla de lo que “vemos”.

Se trata de que nuestro cerebro fabrique su propio alimento; las neurotrofinas.
Son moléculas que producen y secretan las células nerviosas y actúan como alimento para mantenerse saludables.

Cuanto más activas están las células del cerebro, más cantidad de neurotrofinas producen y esto genera más conexiones entre las distintas áreas del cerebro.
Mas fácil nos resultara cambiar surcos mentales y patrones de comportamiento.
El cerebro se vuelve más flexible y más ágil.
Funcionar en “automático” (conducir un coche por ejemplo), hace que el cerebro funcione con un mínimo de energía y se vaya atrofiando.
Las experiencias pasan por la misma carretera (surcos neuronales), sin estimular otras zonas, que acaban “durmiéndose”.

No hay producción además de neurotrofinas.

Las actividades rutinarias son inconscientes.

Os animo a trabajar desde la consciencia, y a estimular el potencial de vuestro cerebro. Esto nos permite además trabajar mentalmente desde el “presente”, siendo nosotros los controladores de nuestros pensamientos y no permitiendo el “caos” mental propio de nuestra mente.

En la relación interpersonal, este aspecto cobra especial importancia, dado que la “claridad” mental nos permite ver, oír y sentir lo que el otro nos está diciendo con mayor pulcritud.
>ACTIVIDADES PROPUESTAS:

1. Siempre que puedas dúchate con los ojos cerrados, por ejemplo. Solo con el tacto localiza las llaves del agua, ajusta la temperatura, busca el champo, etc.…

2. Identifica objetos con el tacto (monedas distintas dentro de un bote, por ejemplo)

3. Utiliza la mano “no dominante”. Come, escribe, abre la pasta de dientes, el cajón……etc.…de esta forma estás estimulando el hemisferio contrario al que estimulas habitualmente.

4. Lee en voz alta…se activan distintos circuitos que los que usas para leer.

5. Cambia de rutinas. Modifica tus hábitos. Experimenta a través de los cinco sentidos (degusta, huele, siente…) los objetos y situaciones de tu alrededor….disfrutando del “ahora” impidiendo que pensamientos del pasado o del futuro te alejen de la experiencia presente. Estás de esta manera imprimiendo la experiencia o situación, alimentando y nutriendo tu mente. Aleja esos pensamientos que te impiden disfrutar del ahora con la técnica “stop! a los pensamientos” postergando los mismos para otro momento, o sencillamente, contén la respiración y congela tus movimientos. Mientras congelas la respiración centra tu atención en algún objeto que se encuentre cerca. Vuelve a respirar.
Sin duda notaras como el dialogo interior comienza inmediatamente de nuevo pero con una percepción diferente y con mayor dominio.

6. Cambia algunos objetos de tu vida cotidiana de sitio (utensilios sencillos), para que el cerebro cree otras rutas…

Animo…!!!!

Por cierto, la disciplina es este tipo de actividades, asi como la constancia, son imprescindibles.
Incluye estas actividades en tu dia a dia. Notarás la diferencia.

¿Que, tal "bien" o "mejor"?